antón LAMAZARES

    Maceira, Lalín (Pontevedra), 1954

 

El aprendizaje académico de este artista fue escaso. Bohemio independiente, con trabajos ocasionales en Madrid y Cataluña, hasta que logró imponer su personalísima concepción de la pintura. En sus inicios, al carecer de lienzos, utilizaba cartones acanalados de embalajes, otorgándoles las peculiares texturas de su expresión cromática y llamando la atención de la crítica.

Lamazares se inició en una figuración de tenendencia expresionista, muy sinóptica, con una gran economía de medios. Sus cuadros parecían grafittis elaborados. Fue evolucionando hacia una pintura más meditada, más serena, por completo informalista, en la que dominan grandes espacios negros y tienen una estructura geométrica. Sus caprichosos títulos insinúan, irónicamente, referencias inencontrables. Una cosa cualquiera, un objeto inexistente, se instala en un espacio neutro y le permite al espectador un diálogo imaginario de sugerenicias diversas. Antes, como intermedio, hubo una etapa en la que Tàpies estaba presente, cn sus muros desconchados y erosionados por el tiempo y la huella ocasional de mil incisiones. Pintura difícil y, sin embargo, fascintante, porque el autor posee talento y una inagotable capacidad de inventiva, a partir de la realidad más elemental.

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